Hoy gané en el ajedrez. No me acordaba. Tengo que bajar, pienso y voy por el libro de Leñero,
A fuerza de palabras, sólo para confirmar que un logro literario siempre será representar el discurso del delirio genuino.
"--Tiene que entenderlo usted, porque es muy importante."
El primer enunciado de una novela es como el primer paso del día. A saber, el nacimiento de las posibilidades. Abrir un archivo y llenarlo como se llena un saco, con puños producidos en la cosecha de palabras. Un lugar, lugares, donde realizar vertiginismos, asunciones serias, improvisaciones y otras mañas. Donde la máquina del tren libera auditivamente su presión, la carga interna, producida por la aglomeración de las moléculas incandescentes.
Buen viaje.