26.9.12

Efectividades




Hoy quiero hablar acerca de una de las formas de utilizar los dispositivos de efectos en los sonidos musicales. Independientemente de los instrumentos, los efectos en general tienen su técnica propia, y no son pocos quienes piensan en ésta como un arte.  Voy a exponer un punto en particular de una importancia que quiero pensar es grave.1 No es un consejo, but in the end ustedes los usuarios pueden tomarlo como deseen. Vivimos en una época en la que debido al furor tecnológico, existe una tendencia a arropar los sonidos bajo gruesas capas de afectación sonora. No quiero acusar aquí algún ejemplo, baste decir que existen sobrados números e instituciones que fincan su desarrollo por medio de la explotación en lo paramusical, es decir, el reino de la alteración y la manipulación digital del sonido. Debido al mercado y a la ideología, se ha llegado a pensar que éste es el camino. No es mi intención aparecer aquí como un aguafiestas, y como apunté arriba, tampoco fungir como consejero, ya que yo consejos no doy, simplemente digo esto de manera análoga a como los bailarines dan maromas o los futbolistas cabecean. Superado lo anterior podemos acordar que no estoy en contra del uso de los efectos tecnológicos a la hora de grabar o presentar nuestra música, y lo que quiero aquí es en todo caso exponer un método. No tengo que agregar -o repetir- que la mayoría de estos efectos lo que hacen es alterar el sonido por diversos medios, ya sea reconsiderando -redireccionando- inputs & outputs de manera que se duplique la señal, por lo bajo, con retrasos ajustables en el tiempo, y mediante los diversos recursos de la distorsión. No tengo que decirlo, ya que es lo que todos están haciendo allá afuera, hoy por hoy. El método que expondré aquí -al que de ahora en adelante me referiré como: mi método- es muy sencillo, al grado de que pueda llegar a desconsiderársele, en un arranque de escepticismo o desconfianza. Aquí vamos. Un guitarrista algo psicótico me ha hecho saber que lo que trato, a la hora de afectar la señal más o menos clara proveniente de un instrumento, tiene que ver con la prudencia. Es posible que él lo entienda así. Como yo lo veo, es más una reflexión brillosa que surge de pensar un poco en la economía y el cálculo infinitesimal. Y pues es eso, sumariamente: la idea es utilizar dichos recursos de a poco2, sintiendo los efectos en el momento en que se van formando.3 Se trata de lograr una afectación efectiva. Es decir, se trata de que el efecto no se note, pero que sirva como un imán, atrayendo la atención hacia la objetividad de nuestro arte.

notas

1.- Monumental
2.- Por medio del camino de la prueba y el error, que es el más utilizado.
3.- Es conveniente conocer la génesis de todo esto, la teoría del radio, del bulbo y el electrodo. Nociones de ontología del sonido, así como generalidades de la psicoacústica y hasta historia del arte son bienvenidas.




16.9.12

La presencia del trailer



"But now I'm coming with you down the road of golden dust"



Muchos se preguntan como se llegó al speed metal. No es una historia tan larga. Todo comenzó en 1971 en una primera etapa que se extendió hasta el 1972 tardío. Se dice que tres registros existen oscuros y psicodélicos de esa era. La banda: Nektar.

Para el año de 1973 los temas concernientes a la imaginería del larga duración Remember the Future tenían que ver con un niño ciego que se comunicaba con una entidad extraterrestre, mediante una serie de guiños afortunados.1

Al alcanzar su mejor momento2, a la par de un éxito significativo en el mercado norteamericano, las temáticas en sus producciones van en esta ocasión de lo circense, la astralidad y la conciencia ecológica, hasta los horóscopos y la consumpción cibernética.

Si bien, había indicios, el momento speed no se habría hecho presente aún.

Pero después de ello hubo un acercamiento al  pop, en una especie de contragolpe -o resaca-, que en su caso consistió en trabajar con canciones de menor duración y ritmos más predecibles y afirmativos.

Este es el caso de Magic is a Child (1977), en donde la orientación lírica estuvo dirigida a un espectro de temas que van desde la mitología nórdica y la magia, hasta temas más aterrizados como los ferrocarriles y -precisamente- los que giran en torno de camiones o traileros.

Conducir un camión generalmente es un trabajo; como sea, es una responsabilidad. La negligencia se paga cara durante las noches en la fría carretera. Va a ser el conductor de esos cuasi trenes, en definitiva, una suerte de héroe del volante. Si había alguien pesado era él.

Y ciertamente existe una literatura del mito. El mundo que gira sobre el asfalto, las más de las veces a exceso de velocidad. Tomaderos en el camino y chicas gustosas por ser levantadas por el polvo.3

Pero también tiene un lado menos dulce, es decir, sus altibajos. Para empezar los mosquitos. No se sabe bien de dónde surge esa calamidad, pero siempre se las arregla para acompañar a nuestro héroe. Pero también la soledad y ocasionalmente, las voces en la cabeza.

On the run (The trucker), es un momento estelar en este sentido, no tanto por la música4, sino por la tópica camionera. La canción nos habla desde el atardecer de la experiencia, esa posición de sabiduría  que ostenta el camionero que ha visto muchos crepúsculos pasar frente a sus ojos, enrojecidos por la velocidad y la música country.

"I'm working so hard I feel lazy in the morning"

Tristeza y psicosis anfetamínica.

Si bien para ese entonces, por que no iban solos, encontramos algunas otras canciones de otros grupos avanzando por la misma carretera; lo de Nektar es tal vez, lo más sublime.5




notas:
1.- No creo que pueda considerarse plagio el hecho de que Roger Waters retomara el concepto, matizándolo, en Radio Kaos (1987).
2.- Recycled (1975), según algunos críticos.
3.- La historia de mi vida.
4.- Que si bien es heavy en momentos, se encuentra salpicada por elementos melancólicos y soñadores. El tiempo es vivo.
5.- Después vendrá, claro, Roger Waters otra vez con Two suns in the sunset (1983), con lo que se cerraría el ciclo, de acuerdo a su versos.


13.9.12

alta tensión



Voy a intentar armar algo sobre la marcha, como los buenos. Estoy preparado. Sé de lo que se trata. Se trata de no caer, porque caer para el funambulista, es como el error para Descartes. Es decir, la idea es no pensar en absoluto en ello, en el error. Y concentrarse más en la sensación del aire en la piel, y su sabor en la nariz. Ligeras variaciones atmosféricas producen registros que orientan al funámbulo experto.



4.9.12

mi corazón es una forma




Me preguntan si puedo escribir un artículo, un texto coherente con cierta periodicidad, digamos, cada semana. Estamos hablando de un estímulo económico por medio, en una especie de acuerdo. No lo sé. Reconozco la integración en un texto cuando encuentro en él pies y cabeza. He escuchado también la expresión con mis amigos los editores: un texto redondo. Se trata de distintas maneras de referirse a un trabajo con la calidad mínima aceptable.

Cuando el asunto a tratar es expuesto con elegancia además, en una forma, se diría, tranquila, estamos hablando de otros logros. Mientras más medito en esto, la cuestión del estilo, dejo de pensar en el texto como algo con pies y cabeza, como un organismo que se desplaza a traves de bytes y celulosa, y comienzo a visualizarlo más como un arbusto al que damos forma con las tijeras del jardinero. Porque el arte es eso también, una poda inteligente. Amputar aquí un trozo, permitir por el contrario a otras ramas su desarrollo, claro, buscando siempre cierto equilibrio y las figuras de las formas bellas.

Es decir, los problemas de la estructura no me importan tanto. La realidad puede ser imperfecta. Lo que me interesa son los jardines locos. O tal vez sea que los problemas de estructura sí me interesan y lo que hago sea especular sus posibilidades.