30.1.11

300 Soles Después de Japón

El profesor Johnny Clockwell despertó con resaca, pero se dirigió a la parte frontal de la nave a preparar una ración de alimento espacial de un sobre en el que se leía: avenita.

Llevaba 553 días de navegación contínua. Después de ese tiempo era normal que lo aquejara el mal de la media asta, que consiste en soliloquear en voz baja y muy común entre los pilotos que viajan enfierrados por el hiperspacio.

Entre las murmuraciones, cuando el alimento estuvo preparado en un micowave con el que iba equipada la navecilla, se pudo escuchar un clarísimo: ¡carajo!

El sistema informático del navío espacial contaba con un sofisticado reproductor de mp7´s que mantenía el buen ánimo de sus tripulantes; de las bocinas ocultas en su interior se escuchaba en ese momento a Glenn Miller Band interpretando: Pensilvannia 65000.


28.1.11

Bebo y llueve.
Dije: «la luz se va a ir, de seguro»,

refiriéndome a la corriente eléctrica
y al hecho de que siempre que llueve
regularmente fuerte

la corriente eléctrica se interrumpe en el sector
debido a un transformador demasiado sensible