27.5.12








Hace años, en La Paz, escribí un protocuento de ciencia ficción que giraba en torno a una ducha. Tiempos rudos  aquellos, sin duda alguna.  La narración de marras, maneja toscamente elementos de una nave inverosímil (escotillas, mangueras, esas cosas, etc.) desde el punto de vista de un narrador omniscente y narcisista que toma una ducha, operando en él un cambio de ánimo notable -todo desde su perspectiva. Tiene un epígrafe con una alusión al Fénix, esa ave mitológica.