17.5.11

 Avanzas. La penosa sensación de avanzar a palmos. Desde las profundidades de la colmena. Sabía que me intervenían pero luego escuché el siseo. Apenas audible y con una periodicidad rota y dilatada. No me iban a engañar tan fácil. Llevo tanto tiempo en el trabajo, tantas horas, que yo ya veo esta condición como el motivo de mi vida entera. Seguiría trabajando pero sé que tengo que dormir, que esa pequeña tregua nocturna, esa aparente rendición es una condición necesaria para que me entregue a la tarea de lleno al día siguiente. Con la comida pasa otro tanto. Tienes que hacerlo. Es una disciplina, una manera de hacer las cosas con objetivos a fines. Pensar como si se trazara una línea punteada anticipándose a la flecha y la tortuga. Parabolear. Recuerdo a los monjes copistas y al planeta de los simios, pero no me digas nasty. Mi procesador es uno muy limpio, casi inaudible, si acaso un zumbido mamoncín allá atrás de todo, del universo entero de nuestra representación dinámica del día de hoy. Es cosa de perspectivas, esto de hablar del día de hoy, como si fuera significativo. Por que lo que yo atiendo el día de hoy, en mi trabajo, es apenas el siglo 14, y eso que terminando y todo pueda llevarse lo que me queda de vida, sólo el 14. Entonces yo viajo, digamos, en la larga duración y por lo tanto ese siseo no pudo pasarme desapercibido. No puedo precisarlo pero el fenómeno debió haber comenzado el día terrestre de ayer, por la tarde. Pero igual te puedo decir mejor que esto comenzó hoy y no hay gran diferencia. Lo que me intriga es, que si bien sé que me siguen, no puedo ver desde dónde. Sé que es difícil burlar el escudo pero tampoco me están ayudando mucho las defensas del cinturón, todos los sistemas lo que me dicen es que se me sigue desde aquí mismo y eso no lo puedo entender.