La labor del artista consiste en engañar al sentido común.
Hace muchos años adquirí algunos libros de Hegel, en uno de mis viajes. Pero la maleta en la que iban se perdió de tal forma que no apareció sobre la banda sin fin. La semana pasada llamaron del aeropuerto avisando que la habían encontrado, que por favor me presentara inmediatamente.
Pienso que recuperé un tesoro -y unos bermudas de los ochentas,entre otras cosas. Esos libros, la edición algo impresionante de ediciones península, ideales para llegar con ellos a una mesa de café y comenzar a hablar del tiempo, por ejemplo, son de un valor indiscutible dentro del pensamiento filosófico moderno, un material de actualidad y vigencia. Por lo demás, se ha registrado entre los estudiosos un regreso entusiasta hacia los libros del austriaco recientemente.
Estuve limpiando el jardín, disparándole a las ratas, cortando la maleza. Fue entonces cuando abrí y eché un vistazo en uno de los volúmenes de la estética de Hegel. En algún tiempo intermedio, se entiende. Bebía limonada, recuerdo.
Al pasar mis manos entusiastas por las páginas del libro, reconocí algunos nombres y me vi arrebatado hacia lo que pensé una dimensión de entendimiento particular, en la que entre ensoñaciones diversas recordé mi propia experiencia con respecto al arte.
Ciertamente tuve que trazar y desarrollar un programa extenso y difícil para poder llegar a desembarazarme de una idea 'piadosa' con respecto al arte. Recuerdo haber ido a las cosas directamente y entiendo que dichos procedimientos pueden llegar a ser demoledores. A saber, una desilusión de las cosas frente a las cosas mismas.
Además estaban todos esos rumores en el aire leve de la historia. Las recomendaciones de Aristóteles, Horacio y Longino, susurrando desde la antigüedad y haciendo eco en Home y Boeilleau.
La escuela de Wolff. Y Aloys. El nacimiento del arte contemporáneo.
Porque eso es lo que dice Hegel. El arte ha sido una vía importante en el reconocimiento de las realidades sustanciales, y algunos pueblos quedaron atrapados en su adoración. Representan un nivel inferior con respecto al arte occidental.
Tuvieron que llegar a la historia poetas de tal magnitud como Goethe y Schelling, quienes conocieron la técnica de forma maestra pero luego abjuraron de ella y partieron de cero, en un arranque rebelde y supuestamente renovador.
Fueron ellos pero sobretodo Aloys, según Hegel, el que en el terreno del pensamiento estético dio un paso importante en la dirección de entender al arte de una manera científica.
Hegel dice que sí se puede, y de hecho el también participa en el movimiento de una manera decisiva, hablando del espíritu alemán católico en contraposición de los pueblos culturalmente inferiores. El dice que el arte puede estudiarse científicamente, y de allí no ha sido difícil llegar a la idea de que el arte puede producirse de manera mecánica, ilustrada. Resultaría muy interesante trazar la línea que conecta esto.